Cada vez que un nuevo grupo de estudiantes cruza nuestras puertas, sentimos que el mundo se hace un poquito más pequeño y, al mismo tiempo, mucho más grande. Esta primavera tuvimos el placer de recibir a 17 estudiantes de la American School of Milan, que vinieron a nuestra ciudad para vivir una experiencia única: aprender español, conocer Murcia y, por supuesto, disfrutar del sol, la cultura y la buena energía que se respira en cada rincón de esta tierra.
Fueron unas semanas intensas, divertidas y llenas de momentos memorables que tanto ellos como nosotros vamos a recordar durante mucho tiempo.
Una escuela internacional con espíritu global
La American School of Milan, fundada en 1962, está situada en el sur de la vibrante ciudad de Milán, en Italia. A primera vista puede parecer una escuela más, pero si te fijas bien, descubrirás que es un auténtico microcosmos cultural: acoge estudiantes de más de 50 nacionalidades diferentes y apuesta por una educación personalizada de estilo americano, donde cada alumno es protagonista de su propio aprendizaje.
Su objetivo va mucho más allá de enseñar materias: busca formar personas curiosas, comprometidas y preparadas para afrontar los retos de un mundo en constante cambio. ¿Su lema? “Empowering students to shape the future.” Y eso fue precisamente lo que vimos reflejado en cada uno de los chicos y chicas que nos visitaron.
¿Por qué elegir Murcia?
Murcia no es solo una ciudad con buen clima y deliciosa comida —aunque eso ayuda mucho, claro—, sino también un lugar perfecto para aprender español de verdad. Aquí el idioma se escucha en la calle, se saborea en los mercados, se vive en cada saludo y se practica en contextos reales que van más allá de las aulas.
Los estudiantes del American School vinieron con muchas ganas de aprender y una actitud abierta y entusiasta. Durante su estancia, participaron en un curso intensivo de español adaptado a su nivel, con clases dinámicas centradas en la conversación, el vocabulario útil para el día a día y expresiones auténticas que no se encuentran en los libros de texto.
Pero su aprendizaje no se limitó al aula. Desde el primer día, Murcia fue su mejor profesora, y los murcianos, sus compañeros de conversación. Ya fuera pidiendo una tapa en un bar, preguntando por una dirección o charlando con otros estudiantes, cada momento fue una oportunidad para mejorar su español con naturalidad y confianza.
Un programa lleno de experiencias
El programa que preparamos para ellos fue una mezcla equilibrada de formación lingüística y actividades culturales, pensado para que pudieran conocer lo mejor de nuestra ciudad mientras ponían en práctica lo aprendido en clase.
Por las mañanas, las sesiones de español les ayudaban a mejorar su fluidez y seguridad al hablar. Utilizamos juegos, dinámicas grupales, role plays, vídeos, música… todo con el objetivo de que aprendieran sin aburrirse y se sintieran cómodos hablando.
Por las tardes y los fines de semana, organizamos visitas por el centro histórico, rutas gastronómicas, excursiones al Mar Menor, talleres de cocina española, visitas a museos, yincanas por la ciudad, clases de baile, tardes de cine y mucho más. Cada actividad estaba diseñada para conectar el aprendizaje del idioma con la cultura viva de Murcia.
Uno de los momentos favoritos del grupo fue la visita a una tradicional panadería del barrio, donde no solo aprendieron nuevas palabras (como rosquillas, mona de Pascua o pan de higo), sino que también descubrieron sabores nuevos que les sorprendieron y encantaron.
Murcia, un descubrimiento inesperado
Cuando llegaron, muchos de ellos conocían poco o nada sobre Murcia. Algunos incluso confesaron que al principio pensaban que vendrían a una ciudad pequeña, algo aburrida y sin mucho que hacer. Pero bastaron unos pocos días para que cambiaran completamente de opinión.
“Murcia es tranquila, pero también muy viva. Es cálida, no solo por el sol, sino por la gente”, nos dijo una de las estudiantes italianas al terminar su curso. Y tenía toda la razón.
Descubrieron que Murcia no necesita monumentos gigantes ni playas famosas para enamorar: su encanto está en la gente que pasea sin prisa, en los bares con sillas al sol, en los estudiantes que llenan de vida las calles, en las plazas escondidas y en los sabores auténticos que te hacen querer repetir cada comida.
Conexiones que traspasan fronteras
Uno de los aspectos más bonitos de este tipo de viajes es que los lazos que se crean van más allá del idioma. Durante esas semanas, los estudiantes del American School de Milán no solo mejoraron su nivel de español: hicieron amistades nuevas, aprendieron a comunicarse en otra lengua, ganaron confianza y ampliaron su visión del mundo.
Muchos conectaron con otros estudiantes internacionales que estaban en nuestro centro y compartieron experiencias que, seguramente, recordarán durante toda su vida. A pesar de las diferencias culturales o lingüísticas, se sintieron parte de una misma comunidad: la comunidad de personas jóvenes con ganas de aprender, de viajar y de entender otras realidades.
Un paso más hacia convertirse en ciudadanos del mundo
La American School of Milan busca formar a sus alumnos para que sean ciudadanos globales, críticos, conscientes y activos. Y este viaje a Murcia fue, sin duda, un paso más en ese camino.
Vivir una experiencia internacional real, convivir con otra cultura, enfrentarse al reto de comunicarse en un idioma distinto… todo eso ayuda a desarrollar habilidades que ningún libro puede enseñar: empatía, autonomía, curiosidad y adaptabilidad.
Además, para muchos fue también la primera vez que viajaban sin sus familias, lo cual añadió una dimensión de crecimiento personal muy importante.
¡Hasta la próxima!
Al final del viaje, las despedidas estuvieron llenas de abrazos, fotos, promesas de volver… y alguna que otra lágrima. Porque aunque la experiencia fue corta, fue también muy intensa.
Desde aquí solo podemos decir: gracias por elegirnos, por vuestra alegría, por vuestras ganas y por la forma tan respetuosa y entusiasta con la que vivisteis cada momento.
Y como sabemos que esto no es un adiós, sino un hasta luego, esperamos volver a ver muy pronto a nuestros amigos del American School of Milan. Murcia siempre tendrá sus puertas abiertas para vosotros.



