Si alguna vez te han corregido por decir “comprastes” en lugar de “compraste” o por pronunciar “guevo” en vez de “huevo”, tranquilo, no estás solo. Los barbarismos son errores tan comunes en el español que, más que una rareza, son parte casi cotidiana del idioma.
Pero, ¿qué es exactamente un barbarismo? Según la Real Academia Española (la RAE), un barbarismo es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en usar vocablos impropios. O sea, es cuando hablamos o escribimos algo que no se ajusta a las reglas establecidas del español normativo.
Sin embargo, estos errores no siempre son iguales. Se pueden dividir en tres grupos principales:
- Prosódicos: cuando fallamos en la pronunciación, el acento o el ritmo de las palabras. Por ejemplo, cambiar la sílaba acentuada o añadir sonidos extra.
- Morfológicos: cuando alteramos la forma de las palabras, como conjugaciones incorrectas o terminaciones mal usadas.
- Sintácticos: cuando la estructura de la oración no es correcta, o usamos palabras que no encajan en el contexto.
A continuación, te cuento algunos de los barbarismos más comunes, cómo reconocerlos y qué forma correcta deberías usar para que tu español suene impecable.
Barbarismos morfológicos: conjugaciones y formas incorrectas
Empezamos con errores que afectan a la forma de las palabras, especialmente los verbos.
- Comprastes en vez de compraste
Muchas personas dicen “comprastes” como si la terminación fuera siempre “-aste”, pero en la segunda persona del singular del pretérito en verbos regulares terminados en -ar, la forma correcta es “-aste” sin la “s” final. La RAE lo deja claro: “tú compraste”, no “comprastes”. - Fuistes en lugar de fuiste
Este es otro clásico. La forma correcta del verbo “ir” en segunda persona del singular en pretérito es “fuiste”. Decir “fuistes” añade una “s” que no existe en el verbo. - Dijistes por dijiste
Al igual que con los anteriores, se añade una “s” extra que no pertenece a la conjugación correcta. Solo decimos “dijiste”. - Hubieron en vez de hubo
Mucha gente usa “hubieron” para referirse a la existencia en pasado, pero la forma correcta es “hubo”. Por ejemplo, no se dice “hubieron problemas”, sino “hubo problemas”. “Hubieron” existe, pero se usa en otro contexto gramatical. - Anduve (sin error, pero a veces se confunde con “anduvé” o “anduvo” mal pronunciado)
Aquí hay que prestar atención a la pronunciación para evitar confusiones.
Barbarismos prosódicos: problemas con la pronunciación
Estos errores afectan a la manera de pronunciar, que puede cambiar el sentido o sonar extraño para los hablantes nativos.
- Guevo en lugar de huevo
Este error es súper común. La “h” es muda, pero la “hue” al principio es un diptongo que cambia totalmente el sonido. “Guevo” es una deformación que altera la palabra original. - Inaguración en vez de inauguración
Al pronunciar esta palabra, es común omitir la “u” después de la “n”, pero esto cambia la palabra y es incorrecto. - Almuhada por almohada
Aquí el problema es la inserción incorrecta del sonido “u” extra, que altera la palabra. La forma correcta no lleva “u”. - Interperie en lugar de intemperie
Este error consiste en cambiar la sílaba “tem” por “ter”. Intemperie significa estar expuesto al aire libre, y su correcta pronunciación es clave. - Dentífrico por dentrífico
El error es añadir una “r” donde no corresponde, afectando la pronunciación y la forma escrita.
Barbarismos sintácticos y léxicos: estructuras y palabras mal usadas
Aquí la dificultad está en usar palabras incorrectas o estructuras que no corresponden.
- Ambos dos por ambos
Decir “ambos dos” es redundante porque “ambos” ya significa “los dos”. Es una mezcla que no es necesaria. - Lo hechó por lo echó
Aquí el error está en la confusión entre “hecho” (participio del verbo hacer) y “echo” (verbo echar). “Lo echó” significa que alguien expulsó o tiró algo, mientras que “lo hechó” es incorrecto. - Hebreo por israelí
Aunque en ocasiones se confunde, “hebreo” se refiere al idioma o al pueblo antiguo, mientras que “israelí” es quien nació en Israel actualmente. - Vertir por verter
“Vertir” es un barbarismo frecuente; la palabra correcta es “verter” y significa derramar o verter líquido. - Hindú por indio
En español, “hindú” se refiere a la religión hindú o a sus practicantes, mientras que “indio” es la palabra correcta para alguien nacido en la India.
Otros barbarismos curiosos
- Exepto en vez de excepto
Una simple “x” cambia completamente la palabra, y esta confusión ortográfica es muy común. - Cocreta por croqueta
Un ejemplo divertido donde la transposición de letras hace que la palabra pierda sentido. - Pobrísimo por paupérrimo
Aunque “pobrísimo” suena lógico, la forma culta y correcta para expresar “muy pobre” es “paupérrimo”. - Ventidós en lugar de veintidós
Un error ortográfico y fonético común, especialmente en la escritura rápida. - Erupto por eructo
“Eructo” significa expulsar aire del estómago por la boca; “erupto” no existe. - Presignarse por persignarse
Un error muy frecuente entre hablantes. “Persignarse” significa hacer la señal de la cruz, mientras que “presignarse” no es correcto.
¿Por qué cometemos barbarismos?
Muy sencillo: porque el español es un idioma vivo y en constante evolución. Muchas veces aprendemos a hablar escuchando a otros, y eso puede llevar a errores que se transmiten generación tras generación. Además, la influencia de otras lenguas, la rapidez con que hablamos, la falta de educación formal o simplemente la costumbre también influyen.
Pero ojo, no todo barbarismo está condenado a desaparecer. Algunos se han incorporado oficialmente al idioma con el tiempo, aunque no es el caso de los que hemos visto aquí.
¿Cómo evitarlos?
La mejor forma de evitar los barbarismos es leer mucho, escuchar buen español (en películas, podcasts, noticias) y practicar la escritura y el habla con atención. Usar el Diccionario de la Real Academia Española como guía también es fundamental.
Además, no hay que tener miedo a que te corrijan: aceptar que cometemos errores es la puerta para mejorar y hablar un español más bonito y claro.
Curiosidad final: los barbarismos más famosos en la cultura popular
Algunos barbarismos son tan populares que se han colado en canciones, series y conversaciones cotidianas. Por ejemplo, “haiga” en lugar de “haya” o “ando” en vez de “estoy”. Estos errores son tan arraigados que a veces los lingüistas los llaman “barbarismos culturales”, porque forman parte del habla real de la gente.
En definitiva, conocer los barbarismos no es solo para evitar errores: es para entender mejor cómo funciona nuestro idioma, por qué decimos lo que decimos y cómo podemos seguir mejorándolo cada día.
¿Te animas a descubrir otros barbarismos? ¿Cuáles te han hecho reír o te han sorprendido más?
¡Cuéntame y seguimos aprendiendo juntos!



