Carmen Hernández
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Murcia no es solo sol, huerta y alegría. También es sabor. Y hay platos que, sin necesidad de florituras ni ingredientes caros, lo demuestran mejor que nadie. Hoy te presentamos uno de esos clásicos que no fallan nunca: la ensalada murciana, también conocida como moje o mojete murciano. Un plato humilde, sí, pero con mucho carácter. Sabe a casa, a verano, a tapeo con amigos y, por supuesto, a pan recién horneado mojando el juguito.
Un plato que se resiste a desaparecer
Aunque en estos tiempos de “superalimentos”, emulsiones y espumas, muchos platos tradicionales han pasado a segundo plano, el moje murciano sigue vivito y coleando. Y no solo eso: cada vez son más los jóvenes que lo redescubren y lo integran en sus menús, sobre todo cuando descubren lo fácil, barato y sabroso que es. No necesitas ser un chef ni tener una cocina equipada con lo último: con una tabla, un cuchillo, y ganas de comer bien, te basta.
Este plato es tan versátil que se puede preparar en cualquier época del año, aunque tradicionalmente se asociaba al invierno o a épocas en las que no había tomates frescos de calidad. ¿La solución murciana? Utilizar tomates pelados en conserva, pero buenos. Y si son de la huerta murciana, mejor que mejor.
Ingredientes que saben a tradición
La lista de ingredientes es breve, pero cada uno cumple un papel importante. Nada está ahí por casualidad. Veamos qué necesitas para preparar una buena ensalada murciana para compartir:
- 1 bote grande de tomates pera en conserva (entre 600 y 800 g).
- 1 cebolleta grande.
- 2 o 3 huevos.
- 150 g de atún en conserva (puede ser en aceite o al natural).
- Aceitunas negras de cuquillo, pequeñas, oscuras y llenas de sabor.
- Aceite de oliva virgen extra, mejor si es del sur de España.
- Sal al gusto.
- Y por supuesto, no puede faltar pan del bueno para mojar. Esto no es opcional. ¡Aquí se moja!
Paso a paso: cómo preparar una ensalada murciana de 10
- Cocer los huevos
Pon los huevos en un cazo con agua fría, enciende el fuego y cuenta unos 10 minutos desde que empiece a hervir. La idea es que queden cocidos pero con la yema jugosa, no seca. Cuando estén listos, pásalos por agua fría para que se enfríen y pélalos con cuidado.
- Suavizar la cebolleta
Corta la cebolleta en juliana fina (tiras alargadas) y ponla en un bol con agua fría y un poco de sal. Déjala reposar unos minutos y luego enjuágala bien. Esto ayuda a suavizar su sabor, haciéndola más dulce y agradable.
- Preparar los tomates
Abre el bote de tomates en conserva y escúrrelos con cuidado en un colador. No los estrujes: deja que pierdan su agua poco a poco. Después, colócalos en una fuente y trocea con cuchillo o machácalos con un tenedor. Lo ideal es que quede una mezcla entre puré y trozos, con textura, nada de batidora ni licuadora. ¡Queremos que parezca una ensalada, no una sopa!
- Añadir los protagonistas
Corta los huevos en rodajas y desmenuza ligeramente el atún con un tenedor. Añade ambos a la fuente con el tomate. Incorpora también la cebolleta escurrida y unas cuantas aceitunas de cuquillo (ojo, que sean de verdad, no esas negras deshuesadas sin alma).
- Aliñar con alegría
Vierte un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, añade sal al gusto y mezcla bien con cuidado. Prueba, ajusta si hace falta y, si quieres, puedes decorar con unas aceitunas enteras por encima. ¡Listo!
Pan, el mejor acompañante
Sí, ya lo hemos dicho. Pero lo repetimos porque es importante: esta ensalada no se entiende sin pan. Puedes elegir una barra crujiente, pan de pueblo o incluso una rosca murciana. Lo importante es que tenga buena miga y puedas mojar sin miedo. Porque en el fondo, más que una ensalada, el moje es una excusa deliciosa para mojar pan en ese aceite con sabor a tomate y atún.
Curiosidades que no sabías del moje
¿Sabías que este plato tiene raíces romanas? En la antigua Hispania ya se preparaban platos similares, mezclando hortalizas conservadas con aceite y pescado seco o en salazón. Con el paso de los siglos, la receta fue evolucionando hasta convertirse en el plato que conocemos hoy. Y aunque se le llame “ensalada”, su textura y su contundencia lo acercan más a un plato completo.
También es muy típico llevarlo en excursiones, picnics o días de playa, porque aguanta muy bien fuera del frigorífico durante unas horas. De hecho, muchas familias lo preparan por la mañana para que los sabores se mezclen bien y esté todavía más bueno a la hora de comer.
Variantes modernas y familiares
Como en todo plato tradicional, existen variantes según la casa, el pueblo o la abuela. Hay quien le añade pimiento rojo asado, quien sustituye el atún por bacalao desmigado o incluso quien lo acompaña con huevo hilado en fiestas. También puedes encontrar versiones más “gourmet” con ventresca de atún o con huevo escalfado en lugar del cocido. Pero si es la primera vez que lo haces, te recomendamos que empieces por la receta clásica. ¡No falla nunca!
¿Por qué deberías probarla?
Porque es fácil, barata, saludable y… ¡está buenísima! Lleva proteína, verdura, fibra y grasas saludables. Y, además, te conecta con la cultura murciana de una forma muy auténtica. No hay festival, romería, feria ni día de campo en Murcia sin su buena ración de ensalada murciana.
Si estás estudiando en Murcia o visitando la región, no te vayas sin probarla. Muchos bares y restaurantes la ofrecen como tapa, pero si tienes cocina, prepárala tú mismo. Descubrirás que no hace falta mucho para comer bien.
El sabor de una tierra que no olvida sus raíces
La ensalada murciana es un ejemplo perfecto de cómo la cocina tradicional sigue viva y coleando, sin necesidad de reinvenciones complicadas. Es un plato que se comparte, que se moja, que se disfruta sin prisas. Y lo mejor: es imposible fallar con ella.
Así que ya sabes, ponte el delantal, saca un buen pan, y prepárate para saborear Murcia en estado puro. ¡Y que no falte el aceite bueno!
¿Te animas a prepararla? ¡Cuéntanos cómo te sale tu ensalada murciana y compártela con tus amigos! Seguro que alguno acaba mojando pan también…
