Carmen Hernández
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A veces, las mejores historias cruzan fronteras. Este año hemos tenido el placer de recibir a un grupo muy especial: 14 estudiantes de la escuela Ludwig-Geissler, en Hanau, Alemania, que vinieron con una sola misión… bueno, en realidad con dos: mejorar su español y enamorarse de Murcia. Y lo han conseguido.
Con edades entre los 16 y 19 años, estos jóvenes alemanes decidieron dejar por unos días su ciudad natal — a solo unos minutos de Fráncfort — para lanzarse a una experiencia lingüística y cultural en el sureste de España. ¿El resultado? Risas, sol, mucha práctica de español y un puñado de recuerdos que llevarán siempre con ellos.
¿Quiénes son los estudiantes del Ludwig-Geissler?
El Ludwig-Geissler Schule no es una escuela cualquiera. Se trata de uno de los centros de formación profesional más reconocidos de Alemania, especialmente en los campos técnicos, industriales y comerciales. Con una larga historia — fue fundada a principios del siglo XX — y una enorme proyección internacional, es también una de las pioneras en el uso de la famosa metodología de Fráncfort, muy popular en el ámbito empresarial y educativo.
Los estudiantes que nos visitaron este año son un ejemplo perfecto del enfoque práctico y moderno de su escuela: motivados, curiosos, responsables y con muchas ganas de comunicarse, de participar en clase y de integrarse en nuestra cultura. Aunque su especialidad no sea la lengua, todos ellos han elegido aprender español porque saben que les abrirá puertas en el futuro… y porque les encanta cómo suena.
Aprender español en Murcia: mucho más que clases
Durante su estancia, el grupo participó en un curso intensivo de español adaptado a su nivel. Las clases, dinámicas y participativas, estuvieron enfocadas en situaciones reales: cómo presentarse, cómo pedir en un restaurante, cómo comprar en el mercado, cómo hablar con nuevos amigos… Nada de aburridas listas de verbos: aquí se trata de hablar, reír, equivocarse y aprender.
Además de las clases, los chicos del Ludwig-Geissler disfrutaron de un programa cultural completo. Visitas guiadas por Murcia, actividades en grupo, gymkanas lingüísticas, talleres creativos, juegos de vocabulario, degustaciones de productos típicos… ¡y muchas oportunidades para poner en práctica lo aprendido!
Y es que si algo tiene Murcia es que te invita a vivir el idioma. En sus plazas llenas de vida, en sus mercados llenos de colores, en sus bares llenos de sabor… Aquí el español se habla con naturalidad, y nuestros visitantes no tardaron en lanzarse a probar sus nuevas palabras.
Hanau y Murcia: dos mundos diferentes que se conectan
Una de las cosas más bonitas de estos intercambios es ver cómo se encuentran dos culturas tan diferentes. Hanau, ciudad natal de los Hermanos Grimm y llena de historia, está rodeada de bosques, castillos y edificios de arquitectura germánica. Murcia, en cambio, es luz, palmeras, huerta y calidez.
Pero hay algo que une a ambas ciudades: su gente joven con ganas de explorar el mundo, de conocer otras realidades y de abrirse a nuevas experiencias. Y eso se ha notado en cada momento de este viaje: los estudiantes alemanes se adaptaron con naturalidad al ritmo murciano, a los horarios tardíos (¡comer a las tres fue un reto!), al buen humor de los murcianos y a la riqueza cultural que ofrece esta tierra.
Para muchos, era la primera vez que visitaban España. Y aunque al principio hubo algunas caras de sorpresa — ¿por qué hace tanto calor en octubre? ¿qué significa “¡madre mía!”? ¿por qué hay tantas pastelerías por todas partes? —, muy pronto se sintieron como en casa.
Lo que más les gustó de Murcia
Según ellos mismos, lo que más les ha gustado de Murcia ha sido:
- La gente: hospitalaria, simpática y siempre dispuesta a ayudar (aunque no todos hablaran inglés).
- La comida: ¡descubrieron las marineras, los pastelicos de carne y los paparajotes!
- El clima: nada como poder ir en manga corta mientras en Alemania ya sacan las bufandas.
- El ambiente relajado: menos estrés, más conversación, más tiempo para disfrutar.
- El idioma en contexto: vivir el español fuera del aula fue su parte favorita.
Algunos incluso se atrevieron a hablar con los locales en tiendas, preguntar direcciones o pedir comida en bares sin ayuda del profesor. ¡Y lo hicieron fenomenal!
Aprendizaje más allá del aula
El viaje no fue solo una experiencia académica, sino también una lección de vida. Salir de su país, adaptarse a una nueva cultura, trabajar en grupo, resolver pequeños retos cotidianos en otro idioma… Todo esto les ha ayudado a crecer como personas.
Y es que cuando aprendes un idioma así, ya no estás solo estudiando, estás viviendo. Cada palabra nueva se asocia a una emoción, a un recuerdo, a una anécdota. Cada error se convierte en una carcajada. Cada conversación, en una pequeña victoria.
Además, muchos de ellos han dicho que este viaje les ha motivado aún más a seguir aprendiendo español y a volver algún día a España, ya sea como turistas, como estudiantes Erasmus o incluso para hacer prácticas profesionales. ¿Quién sabe? ¡Quizá en unos años los veamos por aquí trabajando en una empresa murciana!
¡Gracias, Hanau!
Desde nuestro instituto, solo podemos decir gracias. Gracias al profesorado acompañante por su implicación, a los estudiantes por su entusiasmo y a la escuela Ludwig-Geissler por confiar en nosotros como parte de su formación internacional.
Recibir a grupos como este nos recuerda por qué trabajamos en la enseñanza del español: porque es mucho más que un idioma. Es una puerta abierta al mundo, a la diversidad, a la comunicación y al entendimiento.
Y porque ver cómo jóvenes de otros países se enamoran de nuestra lengua y de nuestra cultura nos llena de orgullo y nos anima a seguir mejorando.
¿Volverán?
Eso esperamos. De hecho, ya estamos trabajando para mantener el contacto con el Ludwig-Geissler Schule y ofrecer nuevas experiencias para sus estudiantes en los próximos años. Porque lo que comenzó como una simple visita escolar, ahora es una amistad internacional con mucho futuro.
¡Hasta pronto, chicos y chicas de Hanau! Murcia os espera con los brazos abiertos… y con una bandeja de pastelicos recién hechos.
