¿Crees que es posible? ¿Acabará Google con los traductores y los profesores?
Cualquiera que haya intentado hacer una traducción sabe que muchas veces parece fácil y otras, imposible. La razón es que las lenguas no solo son distintas en vocabulario, sino también en organización, estructura y forma de entender y segmentar la realidad. Lo que en una lengua es una palabra, en otra no existe o se tiene que expresar con dos o más términos; así, un concepto que existe en una lengua, puede no ser el mismo en otra.
Nunca podremos decir que una lengua es mejor o peor, solo que es distinta porque es reflejo de una cultura, de una forma de ver el mundo. Todos pensamos según la lengua que hablamos. Nosotros lo hacemos en español y vemos el mundo en español. Expresiones como montárselo mal, cortar el rollo o vergüenza ajena son difícilmente traducibles en otro idioma. O también podemos ver cómo una simple preposición cambia una tradición gastronómica. Así, si en Inglaterra pedimos un café con leche, no nos traerán nuestra típica bebida sino un café solo con una jarrita de leche.
O, al contrario, en nuestro idioma no tenemos una variedad léxica tan rica en gama de colores de blanco como lo tienen los esquimales para diferenciar la nieve recién cuajada de la que se derrite o la que está cayendo.
Incluso hablando una lengua o comprendiéndola, si no se vive a fondo en un lugar y con la comunidad que la habla, tampoco es fácil saber en qué contexto se usa un término y en cuál no. Se pueden traducir los términos, pero no es fácil traducir los ánimos, las sensaciones, el ritmo, el sabor de las palabras, como tampoco la intención comunicativa del hablante según la situación.
Aprender un idioma extranjero no es solo conocer su vocabulario o sus estructuras gramaticales y repetirlas. Son muy importante también los fonemas, la pronunciación y, sobre todo, la entonación, ya que un uso incorrecto de estos elementos, también puede dar lugar a malentendidos. Así pues, no es lo mismo seguir un curso de inglés que de ingles.
Estudiar una segunda lengua es adentrarse en otra forma de pensar, en otra manera de comprender la realidad. Por eso, cuando muere un idioma, no solo mueren las palabras, sino un modo singular de reconocer, relacionarse y convivir con dicha realidad.
Artículo basado en el de Maria del Pilar Montes de Oca Sicilia del libro Mitos de la lengua.
Gracias a Noe por su aportación.
Instituto Hispánico de Murcia | Spanish courses in Spain
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