Ambas palabras provienen de la misma raíz etimológica latina praeiudicium, que significa ‘juicio previo’, ‘decisión prematura’, que dio lugar a dos palabras distintas.
Estas palabras son: prejuicio, que conservó su proximidad con el sentido y la forma etimológica original, y perjuicio, que es producto de una metátesis (es decir, del cambio de lugar de un sonido), que posee un sentido nuevo.
Cuándo usar prejuicio
Prejuicio se refiere a la acción y efecto de prejuzgar, o a la opinión o juicio que se tiene de buenas a primeras sobre una asunto o cuestión, y que por lo general es negativa o desfavorable.
Por ejemplo:
Lo que no deja avanzar a esta sociedad son los prejuicios. No la contrataron para el empleo por prejuicios de género.
Cuándo usar perjuicio
Perjuicio hace referencia al efecto de perjudicar, o, en derecho, al menoscabo del patrimonio de alguien que debe ser indemnizado, o a la indemnización en sí que debe pagarse como consecuencia de un perjuicio.
Por ejemplo:
Aquella decisión del decano causó grandes perjuicios a la calidad de la enseñanza en la facultad. Semejante inversión traería perjuicios a la empresa.
Asimismo, existen las locuciones “sin perjuicio”, que significa ‘dejando a salvo’, o “daños y perjuicios”, que se emplea en alusión a la compensación que debe hacer para reparar un daño quien lo ha ocasionado.
Por ejemplo:
Firmaron un acuerdo para que sus bienes quedaran sin perjuicio. La empresa se vio obligada a pagar daños y perjuicios a los trabajadores.
fuente: diccionariodedudas
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