El español, extendido en un ámbito geográfico amplio y rico, no es uniforme sino variado. Esta circunstancia plantea un interrogante en la enseñanza de la lengua.
Las distintas modalidades de la lengua española se organizan en dialectos y hablas. Para comenzar debemos de partir de una diferenciación entre lengua, dialecto y habla.
Se denomina lengua al código y sistema unitario que tiene reconocimiento oficial y social, correspondiéndole prestigio. Engloba el diccionario, la gramática y la ortografía.
Por otro lado, se determina dialecto al subsistema de una lengua utilizado por una comunidad asentada en un territorio determinado que contrasta con otros subsistemas. Por último, se llama habla a la manifestación lingüística de un grupo o lugar muy restringido.
En nuestros cursos de español podrás aprender todas las diferencias entre una lengua y un dialecto y todos los matices que existen en el mundo hispano.
La cuestión del modelo de lengua se plantea sobre todo en el nivel del dialecto. La elección de este modelo de lengua variará en función de los motivos del aprendizaje. Este se conoce como una abstracción y simplificación de la lengua para convertirla en ejemplar. La búsqueda de un modelo prototípico puede hacerse mediante la concurrencia de dos parámetros: geográfico y social. De esta forma, se ofrecen tres posibilidades:
Modelo castellano
Goza de prestigio dentro y fuera de España y concuerda con la norma académica.
Modelo más cercano
En muchos lugares alejados de España se opta por enseñar un modelo más cercano geográficamente, pues se ajusta más a los intereses de los aprendices.
El modelo general
Otra opción es buscar un modelo de español lo más general posible. Se trataría de enseñar un español en el que se fusionen las variedades del mundo panhispánico.
El modelo debe ser culto y recoger elementos comunes y frecuentes para que resulte útil y adecuado en la mayoría de las situaciones comunicativas. Asimismo, sea cual sea la opción elegida, deben tenerse en cuenta las necesidades e intereses de la población en cuestión a la hora de afrontarlo.
Algunas diferencias que encontramos a la hora de afrontar ambos términos consisten en diferenciar las formas de tratamiento en español. La amplia variedad de formas existente en el mundo hispanohablante hace necesario que, en el caso de una hipotética clase de Enseñanza de Español a Extranjeros (ELE), el profesor adecúe los materiales de enseñanza y proporcione pautas para identificar los factores que determinan la elección de una forma u otra en cada situación comunicativa.
Las formas de tratamiento están sujetas a una gran variación gramatical y es importante trabajarlas tanto en la interacción oral como en las producciones escritas. Las principales dificultades en su enseñanza se deben a la variabilidad en formas y empleos y a las diferencias sutiles en las condiciones de uso según la zona dialectal, la relación entre los hablantes y su estatus social.
El uso de ustedes frente a vosotros, el voseo y la distribución de sus variantes pronominales y verbales son los elementos más relevantes en el estudio de las formas de tratamiento en el aula de ELE. Desde un punto de vista generalizado, el uso de “usted” frente al uso de “tú” es mayoritario en el mundo hispánico, pues es la forma utilizada en América, Canarias y Andalucía occidental.
En la enseñanza del español como lengua extranjera se debe tener en cuenta el reparto geográfico de “usted”, “vos” y “vosotros”. Así, cuando se enseña este matiz, es preciso incidir en que el uso exclusivo de “ustedes” (y su consiguiente neutralización en el trato) es propio del español de América.
Por el contrario, en el caso de la enseñanza del español desde una perspectiva americana se hará hincapié en el uso de “ustedes” frente al ustedes/vosotros del español de la Península Ibérica. Respecto al voseo, es una forma de tratamiento estándar que durante cierto tiempo se consideró erróneamente como un rasgo marginal o estigmatizado.
Esta forma, sin embargo, goza de gran vitalidad. Actualmente predomina en Sudamérica, sobre todo Argentina, Uruguay y Paraguay, y es una tendencia en alza. Otros países en los que encontramos voseo son Chile, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, entre otros.
A la distinción geográfica en las formas de tratamiento se suma la variación de usos en función de la relación entre los interlocutores:
Familiaridad / respeto
Relación entre iguales / asimetría
Tratamiento permanente en cualquier situación / variación contextual
A modo de explicación vulgar podríamos decir, por lo tanto, que el lenguaje se considera lengua cuando tiene un léxico rico con terminologías científicas y técnicas. Además, su uso está arraigado en la cultura. En cambio, se considera dialecto cuando solo tiene un léxico rural, familiar, coloquial o vulgar. El lenguaje es propio de un país mientras que el dialecto es específico de una región. Un idioma tiene formas escritas estandarizadas y un dialecto existe principalmente de forma oral.
Esta controversia ha planteado siempre muchas dudas entre filólogos y lingüistas. La razón principal es la dificultad para establecer límites entre ambos términos… ¿Cuándo un dialecto pasa a convertirse en lengua? ¿Cuántos dialectos puede tener una lengua? Son algunos de los interrogantes que se plantean.
La respuesta es que una lengua puede estar constituida por varios dialectos, pues mientras las lenguas poseen rasgos y características propias que las diferencian entre sí, los dialectos no presentan diferencias que impidan la comunicación. Además, la estandarización lingüística está solo presente en la lengua.
Por último, las lenguas son habladas por un gran número de personas frente a los dialectos, los cuales suelen emplearse en un reducido espacio geográfico por un número limitado de hablantes.
En lo que nos concierne, conviene indicar que la lengua española fue un dialecto antes de convertirse propiamente en lengua. A la pregunta de cuántas lenguas hay en España se producirá controversia, pues unas personas dirán que cuatro (español, gallego, vasco y catalán), cinco para los que añadan el valenciano y habrá quien señale también al balear, el castúo, o el canario, entre otras.
Otras personas, en cambio, dirán que, salvo el español, que es uno de los dialectos nacidos del latín, el resto son dialectos y hablas.
La Constitución Española no ayuda a despejar las dudas, ya que en el texto de la ley fundamental solo establece, en su artículo tercero, que “el castellano es la lengua española oficial del Estado«. «Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla” y que “las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos”. En otras palabras, la Constitución de 1978 garantiza la existencia de varias lenguas, pero no precisa cuántas hay.
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